El mundo se despidió recientemente de Desmond Tutu, antiguo arzobispo de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, quien murió el 26 de diciembre de 2021, a la edad de 90 años.
Tutu fue un pionero en muchos aspectos, quizá el más notable hay sido estar el frente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica, tras la elección de Nelson Mandela como presidente. En aquella época, Sudáfrica estaba profundamente dividida por la raza, la política y el régimen racista del Aapartheid, que dominó el país desde finales de la década de 1940 hasta principios de la década de 1990. Tutu ayudó al país a superar el indecible dolor experimentado por millones de personas durante ese periodo.
En sus últimos años, Tutu se convirtió en un defensor abierto de las personas LGBTQA+, y de su plena y total inclusión en todos los aspectos de la iglesia y la sociedad. Hace más de 20 años, dijo que la discriminación basada en la orientación sexual es lo mismo que la discriminación basada en la raza o el género. Es famosa su frase: "Si Dios -como dicen- es homófobo, yo no quiero adorar a ese Dios".
Nuestras acciones reflejan nuestra comprensión de Dios y de su carácter. Escribió el apóstol Juan: "Dios es amor" (1 Juan 4:16). También escribió: "El que ama a Dios debe amar también a su hermano" (versículo 21). En un mundo a menudo dominado por el odio y la violencia, reflejamos el carácter de Dios mostrando amor, gracia, amabilidad y compasión a los que nos rodean, incluso a los que consideramos indignos.
Se ha dicho de Desmond Tutu: "Quizá su mayor legado fue el hecho de que dio al mundo un modelo para expresar la naturaleza de la comunidad humana". Como dice la pegatina del parachoques: "Ser Humano: seamos así".
— Stephen Chavez, Director de Relaciones con la Iglesia
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